HOMILIA DOMINICAL
Febrero 5 De 2012
Por Jorge Humberto Peláez S.J.
1. Lecturas:
a. Libro de Job 7, 1-4. 6-7
b. I Carta de san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
c. Marcos 1, 29-39
2. Marcos nos presenta en estos primeros capítulos de su evangelio, un anticipo de lo que será la vida apostólica de Jesús. En el texto seleccionado por la liturgia de hoy identificamos claramente tres componentes:
- en primer lugar, las curaciones que realiza Jesús, siendo la suegra de Pedro el personaje que más se destaca;
- en segundo lugar, el tiempo que Jesús dedica a la oración;
- y, finalmente, algunas observaciones sobre su predicación.
3. Iniciemos nuestra meditación dominical con las curaciones milagrosas, en particular la de la suegra de Pedro:
a. El evangelista Marcos nos sugiere el contexto: Jesús había terminado una intensa mañana de trabajo en la sinagoga; allí había explicado los textos sagrados, había respondido a las inquietudes religiosas de los miembros de la comunidad y, sin temor a equivocarnos, había escuchado algún comentario tendencioso inspirado por sus críticos.
b. Terminada la reunión, Simón Pedro y su hermano Andrés invitaron a Jesús y a los colaboradores más cercanos a su casa; era la hora de descansar y comer algo.
c. Al llegar a la casa se enteraron de la enfermedad de la suegra de Simón Pedro, que tenía fiebre; el texto evangélico nos habla del síntoma y no de la causa de la dolencia.
4. Conviene recordar que los escritos de los evangelistas están centrados en la persona de Jesús, dejando a un lado circunstancias particulares de los personajes que lo rodeaban; pensemos en san José, esposo de María y padre legal de Jesús; a pesar de ser un personaje importantísimo en la historia de la salvación, solo es mencionado en los primeros relatos del nacimiento y de la infancia, y después desaparece silenciosamente. Esto nos permite entender la falta de información sobre el entorno familiar del apóstol.
5. En este contexto de absoluta discreción sobre la vida privada de los protagonistas, el evangelista Marcos nos narra la curación de la suegra de Pedro:
a. Jesús ya había terminado su trabajo y quería descansar; pero al llegar, le informaron que la señora estaba enferma.
b. ¿Qué hizo? “Él se acercó, y tomándola de la mano, la levantó; en ese momento se le quitó la fiebre”. Jesús, que había devuelto la salud a otros miembros de la comunidad, no fue indiferente ante la preocupación que tenía Simón Pedro, uno de sus más cercanos colaboradores.
c. Es interesante la reacción de esta mujer al ver que recuperaba las fuerzas: “Se puso a servirles”; las acciones concretas son más elocuentes que los discursos; por eso el agradecimiento de ella se expresó en servicio.
6. Además de esta curación, que Jesús realizó en un contexto privado, atendió las necesidades de quienes lo buscaban; por eso el evangelista Marcos nos dice que “curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios”.
7. Siguiendo el relato del evangelista Marcos, ¿qué otras actividades registramos en la agenda de Jesús aquel sábado? Después de devolver la salud de estos enfermos y de un merecido descanso, se retiró a orar:
a. En medio de su intensa actividad apostólica, Jesús dedicaba largas horas a la oración, dialogando con su Padre, cuya voluntad era la inspiración de su predicación.
b. Una sólida vida interior es el alimento esencial para el trabajo apostólico. El anuncio de Jesús resucitado debe ser expresión de una vivencia honda de oración; en caso contrario, estaremos pronunciando palabras vacías; recordemos que “de la abundancia del corazón hablan las palabras”.
8. Después de orar, Jesús regresó al grupo de sus compañeros apostólicos, quienes le dijeron: “Todos te andan buscando. Él les dijo: Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio”.
9. ¿Por qué lo buscaban? En medio de la diversidad de situaciones personales, podemos suponer que se acercaban en búsqueda de la salud del cuerpo y del espíritu; sus palabras tocaban las fibras más hondas; les traía paz, iluminaba sus interrogantes y les ofrecía esperanza.
10. La búsqueda de sentido es una de las necesidades más apremiantes del ser humano; en nuestros tiempos, internet y sus poderosos “motores de búsqueda” no son capaces de dar respuesta a las preguntas sobre la felicidad, lo que hay más allá de la muerte, el amor y la esperanza.
11. En nuestra celebración dominical, acerquémonos confiadamente a Jesús, que cura las enfermedades físicas y las tristezas del alma, que es maestro de vida interior y quien, a través de sus enseñanzas, nos muestra el camino del sentido de la vida y de la felicidad.