Homilía
Dominical
8 de julio de
2012
Por José Martínez de Toda, S.J.
“Nadie es profeta en su tierra”
(Mc 6, 1-6)
Moderador: Buenos
días. Estamos aquí en el Estudio… (Se presentan los participantes).
El Evangelio del domingo de hoy pinta el fracaso
de Jesús en su pueblo. Pero Jesús siguió adelante en la proclamación de la
Buena Noticia. Escuchémoslo.
Lectura del santo evangelio según San Marcos
(Marcos 6, 1-6)
NARRADOR – En aquel
tiempo fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el
sábado, empezó a enseñar en la sinagoga: la multitud que lo oía, se preguntaba
asombrada:
PUEBLO - ¿De
dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos
milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de
Santiago y José y Judas y Simón? ¿Y sus hermanas no viven con nosotros aquí? Y
desconfiaban de él. Jesús les decía:
JESÚS - No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre
sus parientes y en su casa.
NARRADOR – No pudo
hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos.
Y se extrañó de su falta de fe.
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Pregunta 1 – ¿Cómo es posible que Jesús fracasara en Nazaret, su
pueblo?
El fracaso es parte de la cruz de Cristo. Y Jesús
fracasó varias veces.
Ya aparece al comienzo mismo del Evangelio de S.
Juan: “Y los suyos no le recibieron”.
Después, un discípulo elegido por Él, Judas
Iscariote, lo vendió por 30 monedas. Pedro negó que lo conociera. Los
discípulos lo abandonaron en la Pasión, excepto Juan, que se queda para cuidar
y acompañar a María, la Virgen.
Pregunta 2 – ¿Qué fue lo que le pasó esta vez en Nazaret?
Jesús residía en Cafarnaún, y de allí salía a
recorrer las poblaciones vecinas, predicando la Buena Nueva del Reino de Dios,
Reino de amor, de paz y justicia. De vez en cuando curaba a algún enfermo. En
una de esas correrías llegó a Nazaret, al pueblo donde había pasado la mayor
parte de su vida, aunque Él había nacido en Belén.
Durante una visita anterior, su familia “vino
para calmarlo: porque decían: “Está fuera de sí”. (Marcos 3, 21).
En esta segunda visita lo tratan un poco mejor.
Al menos lo invitan a hablar en la sinagoga. No les queda más remedio: Jesús
tiene a sus discípulos con él, y esto le marca como Rabí.
La sinagoga es un centro religioso y social de la
comunidad, y la enseñanza es una parte importante del trabajo de la
sinagoga. En una época en la que muchos no pueden leer, oír las
escrituras leídas y explicadas en la sinagoga era la mejor manera de aprender
sobre su herencia religiosa.
Pregunta 3 – ¿Cómo reacciona la gente?
La gente está sorprendida por la sabiduría de
Jesús y las maravillas que hace. Ven que sabe leer y explicar las
Escrituras. Parece que el pueblo responde de manera favorable y está
orgulloso de este muchacho del pueblo, que ha llegado a ser tan importante.
Pero algunos comienzan a dudar y comentan entre
ellos:
- “¿No es éste el carpintero, hijo de María? ¿De
dónde ha sacado esa sabiduría y los milagros que hace?”.
Estaban sorprendidos y admirados sí, pero no
creyeron en Él. Los suyos, los de su casa, los de su pueblo, los líderes, no lo
recibieron.
Curiosamente en vez de sentir respeto y cariño
con quien les habla, sus palabras les ofenden.
Pregunta 4 – ¿Por qué rechazan a Jesús?
Hay tres posibles explicaciones:
1.
- La
gente se admira de su sabiduría, pero no lo acepta por su origen
popular. Piensan que se trata de un muchacho local, que se hace el
importante. No pueden creer que Dios se manifieste en lo humilde y lo
cotidiano.
2.
saben
que Jesús no ha pasado por el entrenamiento formal por el que
deben pasar los rabinos.
3.
Los
escribas que habían venido de
Jerusalén, cuando su primera visita, habían esparcido rumores maliciosos sobre
Jesús, diciendo “que tenía á Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios
echaba fuera los demonios” (3:22). Y aquellas acusaciones no se habían
olvidado.
Los vecinos de Jesús, por lo tanto, sólo están
dispuestos a aceptar que él es simplemente un carpintero nada más.
Nunca ha sido fácil predicar en la misma tierra
que nos ha visto crecer.
Con razón, a pesar de estar entre los suyos,
Jesús no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de poner las manos sobre unos
pocos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado porque aquella gente no creía en
él.
El fracaso es también parte de nuestra vida desde
pequeños, y hace falta mucha madurez y sangre fría para ir superando los
sinsabores, que van viniendo, e ir avanzando en la vida.
El fracaso es algo común en la vida: en unos más,
en otros menos. En deporte se dice: “Hay que saber perder”.
“Es más difícil destruir un prejuicio, que
destruir un átomo” (Alberto Eisntein).
Pregunta 5 – ¿Cómo reaccionar ante los fracasos?
El ejemplo de Beethoven.
<El
gran músico compositor Beethoven (1770-1827) nos da un ejemplo de cómo superar
las dificultades. Estaba muy triste y deprimido por la muerte de un príncipe
alemán, benefactor suyo, que era, a la vez, como un segundo padre
para él. Pero además los síntomas de sordera empezaron a afectarlo,
convirtiéndolo en una persona nerviosa e irritable. Siempre llevaba consigo un
cuaderno, en donde la gente podía escribirle, y pensó en suicidarse.
Una noche, una joven ciega, que vivía en el mismo
edificio que él, le dijo, gritando a sus oídos:
- “Daría cualquier cosa por ver la luz de la luna”. Esto
lo llevó a componer una de las más hermosas piezas de música de todos los
tiempos: “Sonata Claro de Luna”
Beethoven sordo retrató, a través de una hermosa melodía,
la belleza de la luz de la luna, para que la “viera” una muchacha ciega.
Años después de superar su angustia, su tristeza y su dolor,
vino la incomparable “Oda de la Alegría” de la Novena Sinfonía, su obra magna. Él dirigió
personalmente el estreno de la Novena Sinfonía, en 1824, estando ya
completamente sordo...
Pero pudo escuchar el aplauso ruidoso de un público
emocionado.
Se dice que “La Oda de la Alegría” expresa la gratitud de
Beethoven a la vida y a Dios, por no haberse suicidado.>
Pregunta 6 – ¿Aquí en el evangelio se habla de ‘hermanos’ de Jesús.
¿Qué significa eso?
La palabra ‘hermano’ en aquel ambiente podía
significar también parientes, primos, etc. En la lengua semita la palabra
‘hermanos’ tiene un sentido más amplio que en nuestra lengua, y puede referirse
a la familia extensa e inclusive a todo el pueblo o zona residencial.
Despedida
Les invitamos a la Eucaristía, sacramento del amor. Allí
tomamos fuerza para superar nuestros fracasos alimentándonos con el mensaje de
Jesús, la Comunión de su Cuerpo y su Sangre, y el contacto cariñoso con
nuestros hermanos de comunidad.