Homilía Dominical
Enero 27 de 2013
Por: José Martínez De Toda, S.J.
Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
“Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres”
Moderador: Buenos días.
Estamos aquí en el Estudio…
El Evangelio
del domingo de hoy presenta la Misión de Jesús, es decir, para qué bajó a la
Tierra. Es algo muy importante. Es el mensaje de liberación mejor y más
importante para pobres y ricos. Escuchémoslo.
NARRADOR – Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea
de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros,
siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos
oculares y luego predicadores de la palabra.
Yo también, después de comprobarlo todo exactamente
desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas
la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza
del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las
sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la
sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la
lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró
el pasaje donde estaba escrito:
JESÚS – "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque
él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para
anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad
a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor".
NARRADOR – Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le
ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a
decirles:
JESÚS – "Hoy se cumple esta Escritura que acaban de
oír".
Pregunta 1 – Este evangelio de Lucas comienza de una forma muy solemne.
El primer episodio que cuenta, ¿será tan importante?
Realmente sí. Lucas en todo su evangelio quiere
destacar dos cosas:
1.
Primero, muestra
un interés muy especial en señalar el amor de Dios por los pobres, los pecadores, los excluidos, los inmigrantes, las
mujeres, los huérfanos...
2.
Segundo, enfatiza
el carácter universal de la salvación traída por Jesús.
Pregunta 2 – ¿Y qué enfatiza en este primer episodio?
Lo primero: que Él es enviado a los pobres.
Esto fue en su pueblo, en Nazaret, donde se había
criado.
Aquel sábado, Jesús había ido a la Sinagoga de Nazaret
con sus paisanos, como todos los sábados.
Le entregaron el libro de Isaías, para que comentara
alguna frase de él. Por cierto, éste es el único pasaje evangélico en el que
aparece Jesús leyendo. El leyó lo
siguiente:
"El Espíritu del Señor me ha enviado para dar la
Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los
ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de
gracia del Señor".
Jesús enrolló el pergamino, y dijo: “Hoy mismo se ha
cumplido en mí la Escritura que ustedes acaban de oír”.
Pregunta 3 – ¿Son importantes estas frases?
Se pueden considerar como la Misión encomendada a
Jesús por el Padre Eterno.
Esta Misión consiste en que Jesús es enviado a todos,
pero más especialmente a los pobres, los cautivos, los ínfimos, los
oprimidos... Representa una opción
preferencial por los últimos de la sociedad.
Esta es la mejor declaración pública de lo que él
mismo entendió que era su misión en este mundo. Es como un ‘Manifiesto’ o
‘Declaración de principios’.
Pregunta 4 – Una de las frases del profeta Isaías es: “Me ha
enviado para dar Buenas Noticias a los pobres” (v. 18). ¿Qué buenas Noticias
son éstas?
Son las buenas noticias, que proclaman la liberación y
defensa de los oprimidos.
Los pobres oirán el Evangelio con más expectativa que
otros, porque con Él tienen mucho que ganar y poco que perder. En cambio, los
ricos y los poderosos no estarán tan dispuestos a escuchar. Inclusive, ellos
serán, al final, los que matan a Jesús.
Pregunta 5 – ¿Cómo se dan esas Buenas Noticias a los pobres?
Te cuento esta historia:
Erase una vez un seguidor de San Francisco de Asís que
le pedía:
-
"Francisco,
enséñame a predicar".
Y San Francisco le llevaba a visitar a los enfermos, a
ayudar a los niños, y a dar comida a los pobres. Juntos recorrían las calles de
Asís haciendo el bien a todos. El discípulo le preguntaba:
“Pero, ¿cuándo me vas a enseñar a predicar?”
Francisco le contestaba: "Hermano, ya estamos
predicando".
La predicación hecha con el ejemplo y con la vida es la mejor predicación.
Pregunta 6 – También en ese párrafo de Isaías se lee que el
Mesías viene a “proclamar el año de gracia del Señor” (v. 19). ¿Qué es este año
de gracia?
El Año de Gracia era una institución legal judía muy
antigua, que se remontaba a los tiempos de Moisés. Se llamaba también Año
Jubilar o de Júbilo, porque se anunciaba con el toque de un cuerno llamado en
hebreo “yobel”.
El Año de Gracia debía cumplirse cada 50 años. Al llegar esa fecha, las deudas debían anularse, las
propiedades adquiridas debían volver a sus antiguos dueños con el fin de evitar
la excesiva acumulación y los esclavos debían ser dejados en libertad.
Con este requisito, Dios demostró su preocupación por
los que se hallaban en los más bajos niveles económicos. Estas provisiones
fueron diseñadas para reducir las desventajas de los pobres, y para asegurar
que los ricos no pudieran acumular todas las tierras, consolidando su poder.
Todas estas son buenas noticias para los pobres, que
hay que traducir al momento actual.
Pregunta 7 – ¿Nos afecta esta Misión de Jesús a nosotros?
Si ésta es la Misión de Jesús, ésta es también nuestra
Misión y la de sus seguidores: una dedicación preferencial a los más
necesitados. Hablando en términos modernos, es un servicio a la fe y una
promoción de la justicia.
En la legislación actual no existe el Año Jubilar,
pero su espíritu sería muy beneficioso para los más necesitados.
Despedida
Les
invitamos a la Eucaristía, sacramento del amor. Allí veremos cómo la
predicación de Jesús no se quedó en meras palabras, sino que se convirtió en
hechos, pues Jesús no tenía dónde reclinar su cabeza, y murió tan pobre como
nació, más aún asesinado por quienes no aceptaron su predicación.