Final De Los Tiempos

viernes, 30 de noviembre de 2012

HOMILÍA DOMINICAL Diciembre 02 de 2012


HOMILÍA DOMINICAL
Diciembre 02 de 2012

Por: José Martínez De Toda, S.J.


I Domingo de Adviento, Ciclo C.

“Se acerca tu liberación”
(Lc 21, 25-28. 34-36)


Moderador:
Buenos días. Estamos aquí en el Estudio… (Se presentan los participantes).

El Evangelio del domingo de hoy nos habla de problemas de todo tipo (físicos, económicos y políticos), que nos pueden venir de una forma catastrófica. ¿Qué nos recomienda Jesús? Escuchémoslo:



Lectura del santo evangelio según San Lucas
(Lc 21, 25-28. 34-36)

NARRADOR
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

JESÚS
"Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.

Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.

Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza: se acerca su liberación.

Tengan cuidado: no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se les eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manténganse en pie ante el Hijo del Hombre".



Pregunta 1 
¿Hoy comienza en la Iglesia la preparación para la Navidad?

Los comercios ya se han adelantado, pues así piensan vender más.

Pero en la liturgia de la Iglesia hoy es el Primer Domingo de Adviento y el comienzo del Año Litúrgico. Adviento significa Venida, porque nos preparamos a la Venida de Jesús en Belén.

Nos alegramos por ello. Jesús es nuestro mejor amigo. Y nos alegra con su venida, porque lo que Él trae es amor, satisfacción, alegría… Isaías llama a Jerusalén “Alegría” (Is 65, 18). Y Jeremías la llama “Señor –nuestra- justicia”. Eso también se aplica a la nueva Jerusalén: la Iglesia. Lo nuestro es ser justos y estar alegres.



Pregunta 2
¿Ocurre lo mismo en otras religiones?

Lo que realmente hace novedosa nuestra fe, con respecto a otras religiones, es que nuestro Dios se encarnó, se hizo hombre, compartió nuestra condición humana, menos en el pecado, asumiendo todas las consecuencias de la Encarnación. No nos dejó abandonados, sino que vino a rescatarnos de nuestras miserias personales y sociales, y murió por nosotros. Y, sobre todo, Jesús es nuestro amigo.

Un amigo es aquel que se queda, cuando todo el mundo se ha ido. Los verdaderos amigos no calculan costos, ni están midiendo gota a gota su propia entrega. Un verdadero amigo no sabe de ahorros, ni de moderaciones en la generosidad.

Así es Jesús, nuestro mejor amigo:

Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15, 31), decía Jesús antes de su propia entrega hasta la muerte, y muerte de cruz.

Pero Él no sólo vino en Belén, cuando nació de la Virgen.



Pregunta 3
¿Tiene entonces otro tipo de venida?

El evangelio de hoy habla de que Jesús puede venir en cualquier momento, inclusive después de una gran catástrofe, como si fuera el Fin del mundo.

Pero Jesús nos anima y nos invita a no sentir miedo: “Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán liberados”.

Jesús viene en el acontecer diario, en la gente, en los lugares y sitios en que menos esperamos encontrarlo. Viene en el pobre. Viene en una frase de la Biblia que te llamó la atención.

Los cristianos hemos de vivir despiertos y vigilantes para descubrir al Hijo del Hombre que viene continuamente a nuestros rincones, y construye su Reino con los gestos, las palabras y los silencios de los hombres de todos los tiempos, también de los nuestros. Viene en las actividades de nuestra iglesia:

  1. En la liturgia, 
  2. En los Ejercicios Espirituales 
  3. En la Vida Corriente, 
  4. En la Lectura Orante de la Biblia, 
  5. En la “Corona del Adviento”, 
  6. En el Apostolado de la Oración…

Jesús nos trae un mundo restaurado, un comienzo de amor, paz y justicia, un nuevo mundo, donde la maldad terminará – donde la creación será restaurada según el diseño de Dios.

Por eso Jesús nos enseñó a rezar: “Venga a nosotros tu reino” (11:2). Jesús es mucho más que un recuerdo de hace dos mil años. Jesús es presencia viva hoy.

Hoy viene a mi encuentro en el misterio de la comunidad aquí reunida, en el empujón de la Palabra de Dios compartida, en el misterio grande del pan y del vino, en el amor de los hermanos. Hoy, Jesús está aquí con nosotros, en esta fiesta, en esta asamblea eucarística.



Pregunta 4
¿Qué nos recomienda Jesús para los tiempos difíciles?

Jesús nos habla con claridad y nos previene de tres cosas, que nos pueden alejar de Él: “No caigan en la trampa de los vicios, de la borrachera y de las preocupaciones de la vida” (v. 34). Eso sería vivir de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. Ese estilo tramposo de vida les hará cada vez menos humanos. Vamos por partes:


  •      En los vicios hay satisfacción de placeres extravagantes, inmoderados y libertinos.

Es lo opuesto a servir. El vicioso desperdicia tiempo, dinero, relaciones y vidas.


  •       En la embriaguez se usa o se pierde mucha energía sin el cumplimiento de trabajo útil. La embriaguez generalmente va asociada con el alcohol, pero se aplica también a los efectos intoxicantes de las drogas. La embriaguez aplana nuestras inhibiciones y nuestro juicio, y reduce nuestra capacidad mental y física. ¿Cómo podemos estar alerta si estamos embriagados?


  •       Las preocupaciones de esta vida consumen nuestra energía sin cumplir nada, y encima nos dejan tensión alta y stress. Pero hay además otras trampas.



Pregunta 5
¿Cuáles?

El mayor pecado no es el sexo, ni las drogas… Quizá el mayor pecado de los cristianos es "dejar para más tarde" el encuentro sincero con el Señor, porque, hoy por hoy, estoy atado con trampas y afecciones desordenadas. Decimos: “Sólo vale lo que me gusta”.

Vivimos como si la telenovela de nuestra vida no fuera a tener final.

Pero, imagínese que mañana tiene una cita con su médico y al final de la visita le dice:

Tiene cáncer y le quedan unos meses de vida”.

La Palabra de Dios en este primer domingo de Adviento es nuestra cita con el médico Jesucristo. Esta cita no es sólo personal, sino también comunitaria.

Todos nosotros  estamos en la lista de espera. Adviento es tiempo de espera y de purificación, de vigilancia y de alerta.

Jesús nos pide que estemos alerta, como en la Parábola del novio y las damas de honor que lo esperaban con la novia. El novio puede llegar en cualquier momento, y nosotros debemos esperarlo con las lámparas encendidas.

Las dos primeras Lecturas de hoy hablan de justicia y derecho (Jer 33, 15) y de amor (1 Tes 3, 12 --- 4,2). Es la misión del “Hijo de Dios”, cuya primera venida al mundo celebramos en Navidad.

Y es la misión de la comunidad cristiana en la construcción del derecho y la justicia, y en forjar una sociedad distinta donde sea posible la justicia, la fraternidad y la paz, en las que se expresa históricamente el Reino de Dios. Para que todos los pobres puedan llamar a este país justicia y alegría.

Esto no se conseguirá si no “sobreabunda el amor” (1 Tes 3,12), es decir, si todo no está empapado de entrega generosa y gratuita, “en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos” (id.). No estamos ante sentimientos superficiales, es una forma de estar vigilantes en la espera de “la venida de Nuestro Señor Jesucristo” (v. 13).

También nos pide que oremos. El orar nos ayuda a evitar la glotonería, la embriaguez, y el stress. Orar nos mantendrá abiertos y listos para recibir las bendiciones de Dios, y dirigirá nuestra energía espiritual para cumplir la voluntad de Dios.



Despedida

Les invitamos a la Eucaristía, sacramento del amor. Allí tomamos fuerza para aguantar en los momentos difíciles, y esperar la llegada del Señor, cuando menos lo esperamos.