Reflexión Domingo Febrero 10 De 2.013
QUINTO DOMINGO DEL
TIEMPO ORDINARIO
La liturgia de este
domingo presenta dos relatos de vocación y de envío misionero: En la primera
lectura narra el profeta Isaías su propia vocación durante la celebración del
culto en el Templo: Dios, el tres veces SANTO, es también CERCANO y habla con
el profeta. Dios purifica sus labios y el escogido se ofrece libremente:
“envíame”.
En el Evangelio está el segundo relato de vocación: Pedro se
reconoce pecador, Jesús disipa su miedo y a la vez envía a sus discípulos al
igual que Dios había enviado a sus mensajeros. Ser PESCADOR DE HOMBRES es una
actividad divina, el apóstol es sólo un instrumento en manos de Dios.
Pablo dirá
en la segunda lectura que su actividad misionera se debe a la gracia de Dios.
La enseñanza de este domingo es pues muy profunda: El servicio apostólico de
todos los creyentes, es decir, el envío misionero no se funda en las
capacidades humanas sino sólo SOBRE LA PALABRA DEL SEÑOR. Pedro ha reconocido
la santidad del Señor y luego
experimentará amargamente su negación, pero Jesús, el que lo ha elegido, así
como es rezará por Pedro (Lucas 22,31-32) y además lo mirará con benevolencia
(Lucas 22, 61-62).
De esa manera Pedro comprenderá que no debe apoyarse en sí
mismo sino en el Señor. Cuando nos apoyamos en “nuestras fuerzas”, cuando
queremos usar “nuestros méritos” fracasamos. Sólo la Palabra de Cristo tiene la
fuerza para hacer fecunda nuestra labor apostólica.
SÍMBOLOS: Redes. O huellas en un camino.
NOTA:
El próximo
miércoles comienza LA CUARESMA, con el
MIÉRCOLES DE CENIZA. Tiempo fuerte. Tiempo de
CONVERSIÓN.